El descanso de los niños será muy importante durante sus primeros meses de vida. Por eso, habrá que proporcionarles las mejores herramientas. Para ello, los niños tendrán que dormir sobre un colchón que se adapte a sus características y que sea totalmente cómodo. El descanso de un bebé es una de las cuestiones más importantes en su desarrollo y que más suele preocupar a los padres. Esto se debe a que, si sus pequeños no descansan bien, ellos tampoco lo harán correctamente. Será muy importante que los bebés tengan una rutina de sueño y que este sea reparador. Es por esto que habrá que preocuparse por el colchón y la almohada donde descansan nuestros hijos, ya que serán parte fundamental de su descanso.
Así, descansar en cada etapa de vida será muy importante. No habrá que fijarse tanto en la cantidad de horas y sí más en la calidad del sueño. Si no lo hacen bien, se podrán mostrar irritables, con una disminución de la actividad en su día a día y, también, con falta de concentración. Todos estos síntomas nos indicarán que el pequeño no está descansando de forma correcta. Si queremos comprarle un buen colchón a nuestro pequeño tendremos que saber qué características deben cumplir.
Qué debes saber de los colchones para bebés Un colchón estándar tendrá varias partes. El núcleo será la parte central del colchón y las materias que nos podemos encontrar, de forma más frecuente, son los muelles, la espuma y el látex. Los núcleos de muelles proporcionarán más firmeza y durabilidad. Por su parte, los de espuma suelen ser los más transpirables y cómodos, mientras que los colchones de látex hacen que el colchón sea mucho más adaptable. Otra de las partes básicas del colchón será el acolchado, es decir, las capas que recubren el núcleo. Generalmente pueden ser de viscoelástica, látex, algodón y lana, espumación HR y micromuelles.
Lo primero que habrá que tener en cuenta, en relación con el sueño del bebé, es que estos tendrán que dormir boca arriba y con la cabeza girada a un lado. Además, será muy importante despejar su zona de sueño para evitar posibles asfixias. Tampoco habrá que taparlo en exceso y, lo mejor, será dejar la manta por debajo de las axilas.
Cómo tiene que ser ese colchón Respecto al colchón, este tendrá que ser lo suficientemente firme para que no se hunda la cara del bebé. Deberá ser transpirable, ya que los pequeños suelen sudar, sobre todo al principio, debido a que su sistema termorregulador no está del todo desarrollado. En cuanto al grosor del colchón, con el paso del tiempo, cuando ya haya desaparecido el SMSL (Síndrome de la Muerte Súbita en Lactantes), lo mejor será que os hagáis con un colchón más firme, pero que se adapte a su cuerpo.
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Beneficios de elegir un buen colchón para tu bebé
El descanso de los niños será muy importante durante sus primeros meses de vida. Por eso, habrá que proporcionarles las mejores herramientas.
Para ello, los niños tendrán que dormir sobre un colchón que se adapte a sus características y que sea totalmente cómodo.
El descanso de un bebé es una de las cuestiones más importantes en su desarrollo y que más suele preocupar a los padres. Esto se debe a que, si sus pequeños no descansan bien, ellos tampoco lo harán correctamente. Será muy importante que los bebés tengan una rutina de sueño y que este sea reparador. Es por esto que habrá que preocuparse por el colchón y la almohada donde descansan nuestros hijos, ya que serán parte fundamental de su descanso.
Así, descansar en cada etapa de vida será muy importante. No habrá que fijarse tanto en la cantidad de horas y sí más en la calidad del sueño. Si no lo hacen bien, se podrán mostrar irritables, con una disminución de la actividad en su día a día y, también, con falta de concentración. Todos estos síntomas nos indicarán que el pequeño no está descansando de forma correcta. Si queremos comprarle un buen colchón a nuestro pequeño tendremos que saber qué características deben cumplir.
Qué debes saber de los colchones para bebés
Un colchón estándar tendrá varias partes. El núcleo será la parte central del colchón y las materias que nos podemos encontrar, de forma más frecuente, son los muelles, la espuma y el látex. Los núcleos de muelles proporcionarán más firmeza y durabilidad. Por su parte, los de espuma suelen ser los más transpirables y cómodos, mientras que los colchones de látex hacen que el colchón sea mucho más adaptable. Otra de las partes básicas del colchón será el acolchado, es decir, las capas que recubren el núcleo. Generalmente pueden ser de viscoelástica, látex, algodón y lana, espumación HR y micromuelles.
Lo primero que habrá que tener en cuenta, en relación con el sueño del bebé, es que estos tendrán que dormir boca arriba y con la cabeza girada a un lado. Además, será muy importante despejar su zona de sueño para evitar posibles asfixias. Tampoco habrá que taparlo en exceso y, lo mejor, será dejar la manta por debajo de las axilas.
Cómo tiene que ser ese colchón
Respecto al colchón, este tendrá que ser lo suficientemente firme para que no se hunda la cara del bebé. Deberá ser transpirable, ya que los pequeños suelen sudar, sobre todo al principio, debido a que su sistema termorregulador no está del todo desarrollado. En cuanto al grosor del colchón, con el paso del tiempo, cuando ya haya desaparecido el SMSL (Síndrome de la Muerte Súbita en Lactantes), lo mejor será que os hagáis con un colchón más firme, pero que se adapte a su cuerpo.